Bufanda escarlata. Vladimir Volegov
Rumbo a la espesura, donde la fontana
late en el silencio como un alma humana
que padece a solas inconfeso mal;
donde la insinuante voz de la torcaza
la húmeda tristeza de la tarde pasa
cual si fuera un largo lírico puñal.
-La fuente es la fresca sangre de la tierra
que baja del áurea vena de la sierra
y llora escondida detrás de un zarzal;
es la fuente limpia, sonora hemorragia
de música y sueños, de perlas y magia
que sangra con una paciencia eternal.-
Sobre el raso verde de fragantes pastos,
propio para blancos corderitos castos
que fueran de viejos magos guaraní,
como una escapada ninfa tentadora,
con sus pies de lirio húmedo de aurora,
corre hacia la fuente la "raída potĩ".
En campos de lunas de negros anfibios:
flagelan sus hombros de mármoles tibios
dos trenzas, más negras que antenas del mal,
y hay en su peineta piedras incrustadas,
como parpadeantes pupilas aguadas
de estrellas enfermas, en noche otoñal.
Sus dedos de rosa, que oprimen anillos
que fueran de Persia, cuajados de brillo,
destilan doradas gotas de "eireté";
sus pies, transparentes como alas de sueño,
podrán, sobre el hilo de un verso guaireño,
llegar a la luna, viajeros de fe.
Dos conos de nieve, de jazmín y lino,
cúpulas labradas de témpano andino,
colinas de armiño, luceros "reñói",
semejan sus senos de suave opulencia,
que van titilando como con cadencia
bajo los encajes del níveo "typói".
Azucena humana, más blanca que plumas
de paloma blanca: con temblor de espumas,
su cuerpo prestigia tenue ñandutí;
rival de la noche por sus negros ojos,
del clavel de España por sus labios rojos...
pasa y queda el viento "jhy-acuá vúreí".
¿Dónde va la ninfa? Temo que lo roben
los gnomos del bosque; ¿no estará algún joven
sátiro emboscado tras del matorral?
¿Será que la virgen no tiene sospecha
que haya una serpiente que espera y asecha
dentro del secreto del tembladeral?
Bajo sus guayabos de suave fragancia
¿no vendrán a amarla los grandes de Francia?
¿Qué manos labriegas han de destrenzar
esa cabellera negra cual la envidia?
Y si el amor mata de sutil perfidia
¿también esos ojos tendrán que llorar?
¿Cuál paje obediente pagado en sonrisas,
le tiende la hamaca movida por brisas
bajo los frescos naranjos en flor?
Junto a su ventana, ¿qué amante guitarra
el alma sonora de un canto desgarra,
en manos de un dulce trovero de amor?
¿Un artista joven no vendrá algún día,
tejedor de aromas, trinos y armonía,
para ver la criolla reina sin rival
habladora en lengua de esparcido ungüento,
con rumor al suave secreto del viento
que va suspirando bajo del rosal?
Va con el nervioso ritmar de la ola,
al viento la rauda mantilla española
que cubre su espalda de limpio marfil;
rumbo a la fontana que en la tarde llora,
con sus pies de lirio húmedo de aurora,
pasa... sobre el césped la "raída potĩ".
Notas:
Raída poti: Nombre guaraní que significa mujer limpia y aseada de
clase humilde, pies descalzos, con typói, falda larga de cambray de un color que lleva un
volante con pestaña. Enaguas almidonadas con adornos de encaje ju (tejido de
agujas). Completa este atavío la mantilla de espumilla con flecos, anudada a un
costado.
Eirete (eireté): Miel.
Reñõi: Naciente.
Typói: Antigua prenda típica de las mujeres paraguayas.
Ñanduti (ñandutí): (voz guaraní, generalmente traducida al español
como tela de araña) es un encaje de agujas que se teje en bastidores en
círculos radiales, bordando motivos geométricos o zoomorfos, en hilo blanco o
en vivos colores.
Hyakuãvurei (Jyacuãvúreí): Oloroso.
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