Lakeside-Reflection. Vladimir Volegov
Era por su tristeza como un enfermo lirio,
y por enferma y pálida era como la luna;
negra como la envidia, larga como el martirio
sobre sus hombros era su cabellera bruna.
Era su dulce boca, dulce como ninguna:
fragante flor hurtada de algún jardín asirio.
Y era su cuerpo místico como si fuese una
lágrima transparente de moribundo cirio.
De sus ojos nocturnos, en mi abismo de penas
el amor irradiaba como un halo lunar,
¡y mi vida de sueños tuvo sed de sus venas...!
...Fue tan bella que nadie la miró sin amar;
tenía una suave fragancia de azucenas:
ya nunca podré verla, jamás la he de olvidar.
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